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9-6-98
Como si nadie tuviera que recordarles a los lectores, pero hace un calor del demonio
aquí
en Progreso. Aún los nativos
dicen que hace más calor de lo normal, que molesta a todo el mundo, no sólo a
los visitantes. Sin embargo, las montañas
quedan a la vista, y el teatro sigue aquí. Algunas cosas han mejorado desde mi
última visita. Hay dos escritorios nuevos
para las computadoras (una tiene la tendencia de fallar en los momentos más
inoportunos). En eso tengo particular interés,
porque mi meta aquí es la de terminar de traducir algunas de las obras de la fragua para
una edición bilingüe que Jack y yo
queremos publicar. Así que una área profesional se aprecia mucho.
Muchos de los actores que conocía ya están en otros lugares, pero los nuevos
son igual de buenos y simpáticos. La rutina
diaria no cambia: por la mañana, ensayos; por la tarde se escucha a Edilberto
componiendo música atrás, mientras en el
escenario, Pedro da clases de ballet. Estoy viviendo otra vez con la prima de Pedro, pero ahora
tengo prestada una bici, la
cual me facilita el viaje diario de casa. Parece mentira, pero me encanta el desafío de
maniobrar por las calles de paisaje
lunar, negociar los cambios abruptos de superficie alrededor de la línea del tren, evitar
perros, gallinas, gente, y los carros y
camiones que pasan por dondequiera sea la pasada más fácil.
El otro día, asistí a una reunión del grupo. Edy Barahona ahora
está de gerente, encargado de los negocios del teatro. Está
tratando de organizar algunas cosas para eliminar ciertos problemas, como la
desaparición de herramientas. Desde ahora,
cada bodega será responsabilidad de un actor. A pesar de su ideología, no estoy
segura que este estilo cooperativo
funcionará para el grupo. Espero que sí.
10-6-98
Hoy, no sé cómo, se deshizo la pantalla de la procesadora de palabras. Y no
sé cómo logré restablecerla. Tengo que tomar
más descansos. Toqué para Pedro la canción que quiero coreografiar
(con su ayuda). Parece que le piqué el interés.
Mandé un e-mail a mi secretaria para ver si alguien en computación sabe
resolver
el problema de la otra computadora. El
hecho de que tlf esté al tanto con la tecnología ayuda mucho.
12-6-98
Pasé todo el día de ayer pensando que era miércoles cuando era jueves.
Es extraño, pero al acostumbrarse a la vida aquí,
los días pasan tranquilamente. Con la excepción de un poco de sarpullido
causado por el calor, estoy bien feliz. Supongo
que prefiero el calor a ser comida viva por los zancudos.
17-6-98
Hoy me quedé en el teatro para ver una presentación de la escuela de ballet de
Pedro. Había cuatro grupos de muchachas
de distintas edades que mostraron a sus parientes lo que habían aprendido.
Después de una serie de ejercicios de
calentamiento en la barra y en el piso, hicieron un pequeño baile original, combinando
todos los pasos. Pedro tiene bien
articulados todos los niveles de instrucción; se podía apreciar la
progresión de los pasos al subir de nivel. Las pequeñitas
radiaban alegría; las mayores, más serias y más conscientes del
público. Sin embargo, a pesar de ese paso cambiado o
lapso en el ritmo, cada muchacha tuvo su momento de convertirse en cisne, graciosa y elegante.
Los padres quedaban
impresionados (como lo estaba esta espectadora imparcial) con la progresión de las
muchachas. Después de la
presentación, hubo una corta reunión con los padres, mientras los otros
devoraron
una mesa llena de comida casera, helado
y torta.
18-6-98
Hoy llegamos a la oficina para descubrir que no había luz. Puesto que la obra que
están ensayando (ALTA ES LA
NOCHE, sobre los seguidores de Francisco Morazán en la década del 1840)
utiliza la computadora y sonido electrónico,
Jack decidió que fue el momento para una primera lectura de la nueva obra sobre el
Padre Bartolomé de las Casas (obra
escrita por el dramaturgo colombiano Enrique Buenaventura). Jack espera que una pieza sobre
el
Arzobispo salvadoreño
Oscar Romero, ALTA ES LA NOCHE, y este RÉQUIEM POR EL PADRE LAS
CASAS, formen una trilogía sobre la
historia de Centroamérica. Nos sentamos al aire libre (fuente de luz natural), bajo los
árboles, hasta que comenzó a llover;
entonces nos mudamos bajo un techo todavía afuera. Esta obra da una perspectiva
nueva
sobre el Defensor de los Indios,
un hombre que nació al mismo tiempo que la imprenta y que se formó durante la
Conquista de las Indias. Cada escena está
cargada de significado, de información y de caracterizaciones agudas. Por la tarde, en
vez de presenciar otra lectura de esa
obra, me puse a leer la obra sobre Romero. Lo bueno de Jack, es que mientras anda buscando al
azar obras para montar,
logra crear una trilogía llena de significado, que instruye a la vez que entretiene. Yo he
aprendido mucho más por mi
contacto con tlf que en cualquier aula de clase.
20-6-98
Hoy, mientras estaba trabajando en la computadora de la oficina de atrás, oí que
Jack comenzaba a incorporar harmonía en
la canción principal de ALTA ES LA NOCHE. Al principio, ruidos discordantes; pero,
de repente, llegó a mis oídos un
sonido maravilloso: una nota sostenida de harmonía en cuatro voces. Sentí un
escalofrío. No puedo esperar a ver la obra
entera.
22-6-98
El pre-estreno, en provincia. Vamos a estrenar ALTA ES LA NOCHE en Olanchito, porque es
la cuna del autor de la
novela original, Ramón Amaya Amador, y porque aquí nació tlf hace
casi
20 años. El centro cultural de Olanchito tiene un
patio con sombra, cortesía de dos árboles grandes. El escenario está a
un
lado del patio, y tiene techo. Jack me da la
cámara, y me pide que saque fotos del público. De hecho, con este cargo, no
llego nunca a ver la obra tranquilamente.
Mientras estamos preparando el escenario, llega Edy para decirnos que el público que
con él había contratado anteriormente
ha cancelado. ¿Qué hacer? Los actores se ponen a hacer publicidad: unos van a las
emisoras de radio y televisión para
dar entrevistas, otros van a los colegios, cualquier cosa para regar la bulla. Finalmente
quedamos
con una sala -- patio --
llena.
En Olanchito, mientras que los actores están adaptando los movimientos al
escenario, un joven con síndrome de Down
siente ganas de actuar. Después de observar por unos minutos, se sube al escenario e
imita la acción. Los actores
continúan sin hacerle caso, y nadie le pide que se vaya. Es el hijo de una mujer que
trabaja en el centro. Su hermana y yo
nos metemos cada una en un lado del escenario para evitar que suba durante la
presentación. Le pido a Jack un aumento de
sueldo por ser apagabroncas además de fotógrafa. El estreno va bien en su
mayor
parte, pero hay algunas cosas que
necesitan trabajo.
24-6-98
Amanezco resfriada. Para el mediodía, cuando llegamos a Savá para alistar el
escenario, no puedo ayudar a nadie en nada.
Voy a la farmacia y me compro algunos Comtrex. Cuando llevamos las maletas al centro de
capacitación en Sonaguera,
me quedo atrás y duermo. Pierdo la función. Afortunadamente, eso fue lo peor.
El día siguiente, ya estoy mejor.
25-6-98
Hoy es el cumpleaños de Juan. Despues de alistar todo en Tocoa, nos vamos hacia
Trujillo, para pasar la tarde en la playa.
Jack y yo trabajamos con las traducciones. Los zancudos hacen merienda de mi brazo izquierdo,
el cual llega a tener
muchas rojas e hinchadas manchas. Jack termina el rollo de película haciendo fotos
publicitarias de los muchachos en la
playa. Por la noche, celebramos el cumpleaños de Juan con un pastel.
26-6-98
Tocoa. Parece que todo el complejo de la iglesia donde van a hacer la función
está en el mismo circuito eléctrico. Esto
causa problemas; hay que extender un cable a la casa de al lado para conectar el equipo de
sonido. El público de la
mañana, unos 250 escolares, presta atención. En el saludo al final de la
función, hay algunos silbidos de lobo para Javier.
Por la tarde es otra historia. En vez de dividir los colegiantes en dos tandas (tarde y noche),
como Edy tenía planeado, los
maestros han decidido traerlos a todos por la tarde. No hay donde meterse, y hay tanto ruido que
a partir de la sexta fila, no
se oye nada bien. Baja la calidad de la función. En la noche los actores se enfrentan a un
público de sólo unas 17 personas.
Así es la vida de gira en Honduras.
30-6-98
Mi último día. Aunque normalmente a estas alturas, estoy lista para volver a la
"civilización," me encuentro emocionada y
sin ganas de partir. Creo que lo que más me atrae al trabajar con tlf es su capacidad de
inspirar. Cuando los personajes
hablan de ideales, pueden provocar chispas aún en el cínico más duro.
Ahora regreso a EE.UU. y a la enseñanza con
renovada energía -- y con el deseo de comunicar esta inspiración.
--Deborah Cohen, Ph.D.
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