noticias tlf Vol. xx #1 Marzo, 1999



El teatro en los tiempos de huracanes





Rigo: Miedo, aflicción, tristeza, y frustración dejaron las lluvias del huracán Mitch en el corazón de quienes se vieron impotentes frente a las correntadas del río que en un par de minutos arrastraron los bienes y seguridades que llevó años y muchos esfuerzos juntar y construir.

Javier: Llegaron a formarse muchos albergues donde cientos de personas dormían unos pegados a otros, niños que dormían desnudos porque no tenían nada que ponerse. Al oír los llantos de los miles de niños que sufrían en cada albergue de nuestro país --

Edilberto: Todos teníamos que poner nuestro grano de arena.

Domingo, 1 Noviembre: Comenzaremos mañana a organizar un plan del teatro para definir nuestra contribución al proceso de reconstrucción.

Pedro: El huracán puso a prueba nuestros 20 años de experiencia. Había llegado el momento de constatar cuanto habíamos aprendido de teatro en esos veinte años. Desde el teatro nosotros teníamos que colaborar para construir un nuevo país.

Chito: No podríamos ayudar a nivel material o económico, pero sí a nivel sicológico para todos aquellos hermanos que quedaron traumatizados por este terrible acontecimiento natural.

Yuma: Nuestro propósito era que toda esa gente se sintiera con ánimos de seguir adelante.

Chito: Tuvimos que buscar la manera de llevar alegría, fe y esperanza a todas aquellas personas en los albergues que habían perdido todo.

Juan: No ibamos a repartir comida ni agua ni ropa.

Edilberto: Sabíamos que los habitantes tenían hambre pero también tenían que olvidar la tragedia, había que hacerlos reír por un momento, llevarles un mensaje esperanzador.

Pedro: Sabíamos que no iba a ser fácil. El caos que dejó el huracán era para volverse loco. Los albergues estaban al tope de gente y las ayudas internacionales todavía no se hacían presentes, las carreteras estaban destruidas.

Rigo: Así que buscamos material humano para lograr nuestro objetivo de sembrar sonrisas y despertar esperanzas en los rostros y corazones tristes y sin esperanza que a su paso dejó el huracán. Buscábamos actores en las escuelas y hasta en los mismos albergues.

Chito: Empezamos a hacer montajes de evangelios, cantos y otras actividades, para aliviar las penas de todos los hermanos compatriotas.

Pedro: Pusimos un aviso en la radio y de un día para otro teníamos varios jóvenes dispuestos a trabajar dentro del teatro, mientras otros dirigíamos grupos ya formados en barrios o iglesias. Nuestros montajes tenían que ser fáciles y didácticos, ya que pretendíamos realizar una gira por todos los albergues de la ciudad que eran más de cien.

Martes, 3 Noviembre: En este momento, el teatro da una impresión de normalidad -- Chito está ensayando «Jesús calma la tempestad» en el escenario, con un grupo que apareció ayer, respondiendo a nuestra llamada por la radio buscando actores para formar grupos para llevar un poco de alimento espiritual/cultural a la gente en los albergues. Él mismo escogió la pieza (le dije que hiciera cualquier cosa para poner el proyecto en marcha). Parece una pieza un poco apropiada dada la situación. Pedro y Yuma están repartiendo agua en una aldea, Javier está trabajando en la contabilidad de octubre....

Juan: El primer albergue que visitamos fue una escuela donde los damnificados habían perdido todo. El trabajo no iba a ser fácil; tenían un estado de ánimo muy bajo.

Pedro: Esta presentación nos confirmaba que la gente damnificada no sólo necesita comida y vestido sino también necesitan de una comida y de un vestido interior que les hiciera despertar las fuerzas y el ánimo.

Jueves, 5 Noviembre: Esta mañana hicimos una pequeña cosa para los 1012 damnificados en INTELO, la escuela técnica al lado. El espacio fue malo -- un gimnasio siempre es malo. Y es raro que hacemos una presentación para un público tan grande. La presentación llevó la definición de «Teatro tosco» mucho más allá de cualquier cosa que Peter Brook hubiera imaginado. Pero todos juntos compartimos unos momentos de risas y lágrimas y catarsis que han cambiado para siempre mi definición de lo que es una experiencia artística. Hemos sobrevivido.

Yadith: Esa primera presentación fue especial: al ver a esos niños sonreír me dio emoción, al mirar en sus ojos un poco de felicidad. Se que para esos niños ese momento fue feliz.

Rigo: Formamos ocho grupos de «pequeños actores» y comenzamos a trabajar en el montaje de «pequeñas obras» y cuentos infantiles. Montajes hechos ¡a la brava! -- algunos los hacíamos en un día. Y comenzamos con una gira por los albergues de todo El Progreso.

Yadith: Busqué un grupo de niños de mi barrio; empezamos a montar evangelios y otras cosas y se empezó a presentar.

Javier: Mi grupo fueron niños damnificados del albergue de INTELO, al lado del teatro. Estaban muy nerviosos, pues ellos nunca habían hecho esto. Pero iban agarrando confianza al sentir como la gente les aplaudía y como disfrutaban de lo que ellos estaban haciendo.

Yuma: Yo formé dos grupos con los mismos damnificados, uno con el grupo de jóvenes de la iglesia de Pénjamo donde el aterrador Río Pelo terminó con centenares de casas, y otro con unos niños del mismo barrio. Todos ellos perdieron sus casas. Pero siguen adelante con ganas de llevar alegría a toda la gente que igual que ellos han sido afectados.

Juan: Hicimos un calendario de presentaciones por las mañanas y por las tardes.

 Edilberto: Fuimos de albergue en albergue por la ciudad de El Progreso representando cuentos, cantando y dramatizando evangelios.

Yuma: Siempre que llegábamos a los albergues nos salía gente que estaba enferma o que no tenía ropa o comida. Buscábamos a las personas indicadas y las mandábamos para allá. Una vez escuché a un señor decir que lo que querían era comida y no esas payasadas. Sabíamos que mucha gente necesitaba comida -- pero también un poco de alegría.

Pedro: Los aplausos y las risas de miles de niños y adultos, nos daban el aliento de seguir trabajando.

Martes, 10 Noviembre: Normalmente tenemos que ir en busca de nuestros públicos. Como están las cosas, ellos nos están buscando a nosotros. Y el problema grande del momento es él de depresión, desánimo -- como quieras llamarlo. Estamos usando el modelo de los ciclos medievales, viajando de albergue en albergue. Si podemos organizar esto bien, podremos convertirlo en el material de Navidades (por el momento es cualquier cosa que se pueda montar). Seguro que esta Navidad va a ser triste: por lo menos la podemos alegrar con un poco de música y baile.

Pedro: Recibí una llamada desde España de un amigo catalán. Luego de hablar de los destrozos dejados por el huracán en Honduras me preguntó: «¿Qué piensan hacer ahora? Me imagino que cerrarán por un tiempo las labores del grupo porque hay que reconstruir el país y para eso todos deben ponerse las pilas y dedicarse a trabajar.» Después de la conversación me detuve a pensar por un momento y llegué a la conclusión: Hay muchas personas que desconocen la importancia del teatro en un pueblo subdesarrollado. Se olvidan de que el teatro europeo en la Edad Media fue un teatro hecho para el pueblo; y si el teatro está hecho para el pueblo no importa si la circunstancia popular es alegre, triste, o trágica, el teatro siempre tendrá una palabra, una actuación que ofrecer.

* * *

Martes, 17 Noviembre: Esta semana pasada se giró alrededor de tres momentos: el domingo en la mañana llegué a la parroquia para mi Misa para los niños. Érica, la esposa de Chito, toca guitarra y dirige el coro de los niños. Decidimos que ella y Chito podrían dramatizar el Evangelio de «Jesús calma la tempestad» (que el grupo de Chito ha estado presentando toda la semana en los albergues) -- usando a todos los feligreses en el papel de los apóstoles. Chito les enseñó sus dos frases de texto antes de la Misa; y Chito lo leyó mientras Érica lo acompañaba en la guitarra (conjunto con todos los instrumentos de percusión del coro de los niños para crear una buena tempestad). La iglesia entera se convirtió en los apóstoles gritando para despertar al Jesús dormido. Fue una experiencia de gran catarsis para todos.

El jueves re-creamos lo mismo en Pénjamo, uno de los barrios más dañados, con Edilberto en la guitarra y Juan de creador de tempestad. Y el sábado Chito y Edilberto fueron a La Guacamaya.

Edilberto: Jack nos preguntó a Chito y a mí si queríamos ir a dramatizar el evangelio «Jesús calma la tempestad» a la aldea La Guacamaya durante una misa del padre Chepe Owens. Cómo iba yo a decir que no, si ese es el lugar donde nací, y sabía que había sido castigado por la furia de las lluvias del Mitch. Quería ver a mi aldea, la aldea que mis padres abandonaron cuando yo tenía tres años.

Chito: No es lo mismo verlo por la televisión que vivirlo personalmente. Mientras íbamos de viaje en el carro, fue grande la impresión al ver las casas aterradas por todo el lodo causado por las lluvias, y mucho árboles caídos.

Edilberto: Por el camino iba recordando la calle principal, la primera casa del desvío donde vivía la partera que atendió a mi madre y que yo visitaba cuando tenía algún tiempo. Pero al llegar, mis ojos no podían creer lo que estaban viendo. Todo el paisaje de La Guacamaya que guardaba en mis recuerdos había desaparecido. La aldea estaba irreconocible. Seguimos adentrándonos en la aldea y aparecían, como fantasmas queriendo asustarnos más, casas completamente aterradas, otras casas parcialmente anegadas de lodo, y otras con todas las pertenencias dentro de ellas porque a los dueños no les dio tiempo de sacar ni salvar ninguna pertenencia. Una capa de tierra de unos tres metros de alto había cubierto el caserío. Sólo unas siete casas quedaron a salvo del lodo y la tierra. Sentí deseos de llorar.

Martes, 17 Noviembre: Ese marco de la semana definió claramente nuestro trabajo en estos meses que vienen, y el papel claro que tiene el teatro en todo el proceso. Llevamos 20 años ensayando la obra que estamos montando ahora. Y se vuelve cada vez más claro que cualquier reconstrucción tiene que tener una base espiritual/cultural.

Yuma: Nos reunimos en el teatro para ver qué más podíamos hacer. Jack nos dio una clase de una técnica para trabajar con cuentos y salimos a contar cuentos.

Yadith: Cada vez que visitábamos algún albergue me sentía triste al mirar a tanto niño sufriendo, y me alegraba al mirar en sus caritas un poco de felicidad. Cuando nos miraban llegar, entre saltos gritaban «Viene la fragua». Sabían que tenían que acomodarse y en segundos nos rodeaban o se sentaban esperando para ver la función.

Pedro: Los niños de los albergues ya nos conocían; cuando llegábamos el recibimiento era bullicioso. Se sentaban en el suelo o en una piedra y formaban una «U», muy dispuestos a saborear el mensaje de las obras que les ibamos a representar.

Yuma: Los niños nos llamaban por el nombre que utilizábamos en alguna obra.

Yadith: Soy mujer y me daba tanta tristeza mirar a tanta criatura en esos lugares, pero se que algún día su sol volverá a brillar.

Viernes, 20 Noviembre: Estoy contento con el desarrollo de nuestro proyecto teatral de «alimentos espirituales/culturales» para acompañar al programa de repartición de alimentos. «No sólo de pan vive el hombre»: todavía más en circunstancias extremas que en las normales.

Rigo: Daba gusto ver las sonrisas de los niños, la tristeza transformada en alegría. Cuando terminábamos una presentación la gente se quedaba pidiendo más.

Yadith: Una de esas veces fuimos a la Escuela San Francisco. Un compañero contando cuentos. De repente miré a una señora anciana, como de unos 85 o 90 años. Estaba sentada en el suelo, descalza, sucia. La miré y sentí una tristeza que se apoderó de mi alma. Sus ojos me reflejaron tristeza, soledad. En sus ojos no había esperanza. Sólo pensé en mis abuelos: viendo bien, ella tiene la misma edad de mi abuela, pensé, y sentí cuanto amo a mi abuela. Y me dije, ¿Dónde están sus nietos? ¿Porqué no velan por ella? Sólo le puedo pedir a Dios que no desampare a esa señora. A ella siempre, siempre la llevaré en mis pensamientos; ahora se lo triste que es ser algún damnificado, lo que sufren. Lo único que puedo hacer es llevarles un poco de alegría con lo que hago. Señora -- porque no le se el nombre -- nunca la olvidaré y que Dios la proteja.

Yuma: También tuvimos presentaciones de los Cuentos Hondureños (Un Sueño Nuevo) aquí en el teatro para todos los damnificados. Muchos de los que estaban en los albergues son de los campos bananeros y nunca habían tenido la oportunidad de venir al teatro.

Sábado, 28 Noviembre: El teatro es un hormiguero de actividad: hay varios grupos dando presentaciones continuas en los albergues, y durante esta semana pasada el grupo central ha estado presentando Un sueño nuevo en el teatro para las 1,000 personas alojadas en el INTELO al lado. Los niños de allá ya tienen los cuentos memorizados.

Pedro: En la escuela San Francisco, me llamó la atención un niño inválido al que por casualidad habían regalado una silla de ruedas. Su entusiasmo al vernos llegar fue notorio. Sentado en su silla se movía de un lado para otro, como queriendo saltar sobre nosotros para abrazarnos. Nuestra llegada era para aquel niño como la llegada de la clase favorita que se ha esperado con emoción e interés durante todo el día. El niño siempre era colocado al frente de todos y es por eso que disfrutaba con mucha emoción las obras. Se reía, aplaudía, cantaba...

Jueves, 10 Diciembre: Acábamos de terminar una presentación -- un ensayo general con público de la clausura de nuestra escuela de ballet (un mes atrasada, pero....). Pedro lo organizó todo, y Juan y Luis (Luis de Tacamiche, que apareció el otro día sin trabajo. Lo pusimos a trabajar en seguida, porque él conoce mejor que nadie los sistemas de sonido e iluminación) hicieron toda la parte técnica. Estaba un poco cruda, pero dadas las circunstancias, decente. Pedro alternó piezas de las alumnas con bailes de la compañía «adulta». (El mejor espectáculo fue él de ver a las niñas chiquitas atrás viendo con admiración las danzas de los grandes.) Estábamos a tope de damnificados que disfrutaban muchísimo. Lo vamos a repetir mañana y el sábado.

Pedro: Tuvimos tres noches de presentaciones en nuestro local del teatro. Para la última presentación me tocó ir a repartir boletos a los albergues cercanos al teatro como la Daly, la Escuela Cabañas y la Escuela San Francisco. Los niños encantados. Antes de la presentación me asomé por la cortina lateral del teatro para ver si el niño inválido se encontraba junto a los demás niños, que estaban creando una gran algarabía porque el lugar se les hacía raro.

Pero el niño no estaba. De pronto caí a la dura realidad que fue como un balde agua helada que me despertó: entendí que en ese maldito albergue nadie tenía un carro para trasladarlo pues por él mismo no habría podido recorrer los casi dos kilómetros que hay entre el albergue y el teatro, especialmente con la lluvia que esa noche estaba cayendo sobre El Progreso.

Jueves, 10 Diciembre: El día de hoy fue típico de lo que hemos llegado a esperar en estos días. La primera hora, un ensayo de la obra sobre Noé, que estaremos estrenando la semana que viene (con la inclusión, por supuesto, de unas referencias a la historia reciente). La segunda hora de la mañana Javier les dio una clase de acrobacia a los novatos mientras el grupo central fue a uno de los albergues para una presentación de cuentos, utilizando una técnica nueva que hemos desarrollado en las últimas semanas para producir rápido dramatizaciones de cuentos infantiles. En la tarde todos estaban ensayando con los grupos de albergues/barrios, o estaban en presentaciones en los albergues. Entre las 4:00 y las 5:00 todos comenzaban a asomarse por aquí de nuevo para alistar el local para la presentación aquí de las 6:00.

Yuma: Se acercaba la Navidad y empezamos a hacer montajes navideños para llevar a los damnificados.

Pedro: Los actores profesionales comenzamos los montajes de dos obras de Navidad: La Historia de Noé, que tiene resonancias con nuestra situación actual, y la tradicional Navidad Nuestra. Para el montaje de esta última recurrimos a la ayuda de varios niños voluntarios que nos sirvieron de coro y narradores.

Yadith: Comenzamos a presentarlas en el teatro y luego en los albergues y en las iglesias. Es Navidad, y aunque hay luto y tristeza, también hay que sonreír por nosotros y nuestros hijos. Estas obras fueron el regalo de Navidad que les podíamos dar. Sus aplausos, sus risas y sus caras felices nos daban las gracias.

Sábado, 2 Enero: El último par de semanas ha sido la culminación de la primera fase de nuestros esfuerzos -- hemos juntado los varios grupos que estaban dando presentaciones en los albergues para montar nuestra obra tradicional de Navidad, Navidad Nuestra, con un elenco de miles digno de Cecil B. DeMille; y una versión de La Historia de Noé -- el gran diluvio es un tema demasiado relevante en este momento. Tendremos las últimas presentaciones de Navidad Nuestra este fin de semana, y seguiremos con Noé mientras volvamos al programa de cuentos para los niños -- tratando de expandirlo para que se vuelva una parte normal del paisaje de los barrios.

Chito: Por el Huracán Mitch, estamos muy heridos pero tampoco estamos postrados. La mayor experiencia que he tenido con mis compañeros de lucha y de trabajo es habernos solidarizado con toda la gente que estaba recluida en los distintos albergues del pueblo: gente que perdieron todo, gente que quedaron en la calle, sin nada.

Yuma: En los albergues de El Progreso, a pesar de todo lo que ha pasado la gente se ríe.

20 Enero: Hemos arrancado con el nuevo año del teatro -- con muchísima demanda en los albergues de la ciudad. Lo que me tiene más satisfecho es que hemos descubierto un método nuevo para «medio-dramatizar» cuentos para niños (los albergues están llenísimos de niños). Es una cosa muy sencilla que se puede montar muy rápido.

Yadith: Jamás podré olvidar todo lo que he vivido en estos últimos meses. De una manera u otra hemos contribuido a nuestro pueblo; con nuestro trabajo hemos hecho sonreír a muchas caritas tristes. Gracias le doy a Dios por haberme dado la oportunidad de ofrecer un poco de felicidad a toda esta gente.

Sábado, 27 Febrero: Seguimos puliendo y mejorando nuestra nueva técnica de cuentos para los niños. Se va expandiendo desde su primera función de programa para los niños de los albergues a un programa para todos los niños de las escuelas. (En el momento, las dos cosas funcionan juntas: la mayoría de las escuelas todavía sirven de albergues).

Rigo: «Después del huracán llega la calma»; así dice la gente, pero a cuatro meses de haber pasado el huracán Mitch la calma no se ve por ningún lado y quién sabe cuándo llegará.

Juan: Aún no se mira un cambio en la ciudad; las personas que perdieron sus casas están a la espera de la ayuda del gobierno. Los damnificados necesitan un terreno donde poder construir una pequeña casa y poder así rehacer sus vidas.

Yadith: Quiero que sigamos siendo una voz de aliento a toda esta gente. Se que algunos han perdido a sus hijos o familiares, y se lo triste que es perder a un ser querido. Pero hay que salir adelante. Con llorar o lamentarse no se logra nada. El camino es largo. Hay mucho que recorrer. Por eso no hay que mirar hacia atrás, siempre para adelante. Luchar, porque sólo así saldremos adelante.

Jueves, 11 Marzo: Seguimos con más demanda para el teatro que jamás podamos cumplir. Estaremos estrenando la versión de este año de la Pasión este fin de semana.

Chito: Tenemos un gran compromiso con nuestro pueblo. Me siento orgulloso como actor de estar compartiendo estos 20 años de fundación. Nuestro trabajo y nuestras voces no callarán nunca.



Y Dios diijo:

Pongo mi arco en las nubes:
este arco es la señal de la alianza
que yo contraigo con toda la tierra,
con ustedes y todos sus descendientes,
y con todos los animales del mundo.
No habrá nunca más
diluvio que destruya la tierra.
Mientras dure la tierra
habrá siembra y cosecha,
pues nunca cesarán
ni el frío ni el calor,
ni el verano o el invierno
ni los días o las noches.






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