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Vol. xxii #1

Marzo 2001




La Belleza de sus Sufrimientos





Ni en Esquilo ni en Dante, los austeros maestros de ternura; ni en Shakespeare, el más puramente humano de todos los grandes artistas; ni en los mitos y leyendas célticas, donde la gracia del mundo brilla a través de una niebla de lágrimas y la vida de un hombre no vale más que la de una flor, no hay nada que, a causa de su conmovedora sencillez, unida a la sublimidad del efecto trágico de que nace, pueda igualarse, ni siquiera aproximarse, al último acto de la historia de la Pasión de Cristo.
-Oscar Wilde: De Profundis

En los meses de febrero, marzo, y abril, cuando el calor del verano impregna con su sopor a la costa norte hondureña, teatro la fragua concentra su trabajo y la temática de sus talleres en el montaje de la obra El asesinato de Jesús.

La obra forma parte de un proyecto bautizado con el nombre de El evangelio en vivo, que la fragua ha venido presentando y mejorando ininterrumpidamente desde 1984. Este proyecto de teatro bíblico hunde sus raíces en el Teatro Medieval; en ese sentido, es una continuación trasplantada a suelo hondureño de las tradiciones teatrales aparecidas en la Europa del S. X.


El colapso de la Roma Imperial supuso también el final de la tradición teatral inventada por los griegos. En la Edad Media el teatro experimentó un segundo nacimiento que fue asistido por comadronas que vestían sotanas y olían a incienso conventual. El Teatro Medieval nació muy vinculado a los ritos de la misa católica y al canto de las horas litúrgicas. Esos dos eventos (además de las guerras, las pestes y la pobreza), eran la columna vertebral que regía la vida de los poblados medievales. Los edificios de las iglesias se transformaron en teatros dando lugar a tradiciones teatrales que recreaban, reforzándolos, los núcleos fundamentales de la fe católica: la visita de las mujeres al sepulcro el Domingo de Resurrección, y los sucesos principales de La Pasión y el Nacimiento de Jesús. Durante esa época, considerada de oscuridad por algunos ilustrados, los monasterios fueron el lugar donde sobrevivió la tradición cultural del mundo antiguo. Los monjes además de rezar y cultivar la tierra, también dedicaron muchas horas a la traducción y escritura de manuscritos de la cultura antigua. De esa manera la herencia cultural del mundo antiguo sobrevivió en las bibliotecas de los monasterios.

Los ensayos comienzan a las ocho de la mañana con una rutina de ejercicios físicos de media hora. Los monjes medievales nunca comprendieron la importancia de descubrir y cuidar el cuerpo, al que consideraban y trataban como a una indómita fiera, acallando sus impulsos con látigos y cilicios. Al revés, los muchachos de la fragua entienden muy bien que el cuerpo es su principal instrumento de trabajo; por eso lo cultivan, ejercitándolo diariamente para despertar su energía y aprender a coordinarlo. Después de los ejercicios físicos viene otra media hora para ejercicios de respiración y de voz. El objetivo es aprender a respirar y a modular la respiración con la voz y los movimientos corporales. la fragua bajo ninguna circunstancia recurre a micrófonos para amplificar la voz; la fuerza del teatro como medio reside en la comunicación directa y personal entre actores y público. El teatro no puede admitir ese distanciamiento que es la naturaleza de los medios electrónicos.

Un cuerpo tiene, por su simple fuerza y por su acto, poder bastante para alterar más profundamente la naturaleza de las cosas de lo que jamás el espíritu en especulaciones o metido en sueños consiguiese.
-Paul Valéry


Son las nueve de la mañana y los actores de la fragua ensayan la música y las canciones de la obra. Se practican algunos ejercicios para afinar la voz, y se van pasando las canciones. A las nueve y media los actores se reúnen alrededor del director quien da algunas instrucciones; entonces inician los ensayos de las escenas de la obra.

teatro la fragua no sólo quería hacer teatro; pretendía que su estilo de teatro estimulara el surgimiento de una tradición teatral entre la población. Por eso a los pocos años de su fundación adoptó los formatos del Teatro Medieval, que eran los que más se adecuaban a la realidad y características de Honduras. No hay rincón del país, por aislado que sea, que no tenga su capilla o su iglesia. La vida de la gente transcurre al tenor de las fiestas litúrgicas de la Iglesia Católica, convirtiendo a las iglesias en el principal lugar de reunión de la población. Pero además, salvando las distancias, las características sociales de Honduras guardan cercano parecido con las que predominaron en la Edad Media: grandes porciones de población no tienen acceso a la educación ni a forma alguna de entretención cultural. Logros humanos importantes como Internet, la clonación, el genoma humano, en el centro de atención de la vida de otros países, pasan totalmente inadvertidos en mayoritarios sectores de la población que ni se entera que eso está ocurriendo en el mundo. En este contexto, el cura y la biblia han sido la principal fuente de cultura y educación en bastantes poblados del campo rural hondureño.


En las celebraciones populares de la Semana Santa hay abundancia de elementos teatrales. No alcanzan el nivel de teatro, pero reúnen los implementos básicos para elevarse a expresión teatral: hay un narrador, unos personajes simbolizados en las imágenes, movimientos y escenografías, música y vestuarios determinados para la ocasión.

El Viernes Santo en las aldeas y las ciudades se acostumbra recrear el Vía Crucis. Las estaciones se ubican a lo largo del camino que de una aldea conduce a otro. En algunas ciudades las calles se tapizan con alfombras hechas con aserrín de muchos colores que recrean episodios de la crucifixión. La gente camina, bajo un inclemente sol, cantando un triste y desgarrador Perdona a tu pueblo, Señor.


La celebración popular del Viernes Santo comienza el jueves por la noche, cuando todo el pueblo acompaña a Jesús arrestado, en procesión silente por las calles del pueblo, al son de una cadena golpeada contra la calle (porque Jesús está encadenado). Antiguamente, el folclor religioso del Viernes Santo obligaba, so pena de un severo castigo divino, no realizar ninguna actividad festiva que moviera el ánimo a la alegría y la diversión. (Todavía es el único día del año cuando TODO está cerrado). En los poblados de las montañas, las abuelitas increpaban a los niños a no jugar ni reírse porque Jesús estaba muerto. Y reforzaban el temor ilustrándolo con mitos sobre niños a los que Dios había convertido en monos y peces por jugar en los árboles o en el río durante el Viernes Santo. Por la tarde todo el pueblo acompaña el féretro con los restos de Jesús en la Procesión del Entierro, y en alguna calle se puede mirar a un muñeco de trapo colgando de una soga: Judas Iscariote ahorcado después de haber vendido a su Maestro. Los ritos de la Semana Santa se infiltran hasta en la cocina. Durante esos días se acostumbran las conservas de frutas en miel, que son ofrecidas con generosidad a cuanto visitante llega por esos lugares; mientras las casas se llenan con los aromáticos vapores de las sopas de pescado reseco.

Recogiendo la vieja tradición de representar el evangelio dentro del contexto del rito de la misa, el grupo ha logrado cierta estilización y estética propias. El diseño del montaje se basa en cuadros vivos que tienen su punto de partida en los cuadros de Da Vinci, Brueguel, El Greco, y tantos otros cultores del arte religioso. Los actores más que representar personajes evocan situaciones y a su turno casi todos los actores representan a Cristo. El vestuario es moderno dándole un toque de actualidad, permitiendo al espectador reflexionar sobre la obra y llegar a la conclusión de que el Cristo que está viendo frente a él es un Jesús en blue jean.
-Germán Garzón, Colombia


El asesinato de Jesús ha partido de estas tradiciones de la religiosidad popular hondureña, pero añadiendo injertos de otras tradiciones del occidente cristiano que se remontan desde la Edad Media hasta el Renacimiento. La música está compuesta de ritmos del merengue y la salsa de la costa caribeña, pasando también por las Pasiones de Bach e incluyendo dos piezas del Renacimiento, el Benedictus y Domine Deus que los actores cantan en latín, tal y como antiguamente lo hacían los monjes cuando rezaban sus laudes o vísperas. La incorporación del latín ayuda a acentuar con mucha fuerza las escenas de mayor solemnidad de la obra, como la llegada a Jerusalén y el momento en que se pone el cuadro vivo de la Ultima Cena. En otro sentido, mucho del público que asiste a las presentaciones del Asesinato de Jesús son jóvenes y es saludable que se enteren que hubo un tiempo cuando el latín, ahora en el inventario de lenguas jubiladas, fue una lengua importante y de mucha influencia en la construcción de la cultura europea, y una de las raíces de nuestra identidad cultural. El estilo visual de la obra está inspirado en pinturas medievales y renacentistas. teatro la fragua utiliza estas pinturas como referencia visual para la colocación de los actores y para crear un cuadro plástico por el que un público que no sabe escuchar puede entender con la vista. Al mismo tiempo, imita el método de estas pinturas y sitúa los relatos en una aldea hondureña de hoy. Eso es lo que da vida al Evangelio.

Una obra teatral no debe limitarse a expresar sólo lo propio de la cultura de donde se levanta; su mensaje debe tener la capacidad para entrar en diálogo con otras culturas. Una de las experiencias más gratificantes de teatro la fragua ocurrió cuando presentaron El asesinato de Jesús en una iglesia medieval española, durante la gira de la agrupación en 1998. El público español experimentó la calidez de un mensaje donde podían escucharse los ecos de la tradición de teatro medieval español, condimentados con la belleza y fuerza de las tradiciones hondureñas y latinoamericanas. Por su propia naturaleza, el arte está obligado a mostrarnos las fuentes que alimentan nuestra identidad, para que reconozcamos que nuestras diferencias son apenas accidentes de una geografía común por todos compartida: nuestra igual condición humana, donde las diferencias son ramas que brotan del mismo tronco y se nutren de las mismas raíces.

teatro la fragua reproduce y propaga sus técnicas teatrales a través de talleres de teatro que poco a poco van construyendo una auténtica tradición teatral. el teatro llega hasta las aldeas más incomunicadas de la geografía hondureña y centroamericana. El contenido básico de esos talleres consiste en enseñar a los jóvenes las mismas técnicas que teatro la fragua utiliza para los montajes de El asesinato de Jesús o Navidad nuestra. Durante tres días de intenso trabajo los jóvenes, en su mayoría campesinos con escasa habilidad escolar, aprenden las técnicas para dramatizar evangelios. Cada actor de la fragua trabaja con un pequeño grupo de muchachos. A cada grupo se le asigna el montaje de una escena. Los talleres incluyen sesiones de ejercicios físicos, ejercicios de respiración y lectura, y música. Esto último nunca es problema porque siempre en las aldeas hay alguien que medianamente sabe interpretar la guitarra para acompañar los cantos de la misa. El día domingo a las nueve, en el transcurso de la misa, los jóvenes debutan como actores, presentando a la feligresía, las escenas de la obra. Posteriormente, durante la Semana Santa, los diferentes grupos de jóvenes vuelven a juntarse para presentar El asesinato de Jesús, esta vez sin la presencia de los actores de la fragua. De esta manera va naciendo una tradición teatral, que con técnicas muy sencillas y accesibles, va encendiendo la creatividad de sectores ordinariamente marginados de los centros de cultura y educación.

En la historia de las culturas, la religión ha sido la raíz de donde ha brotado el arte. El artista ha sido siempre un genial intérprete de ese misterio invisible que esconde a los dioses de la mirada profana de los mortales. Con sus obras ha despertado la piedad o el temor, la entrega o la desconfianza, o ayudado a la tarea de humanizar correctamente el corazón de crédulos e incrédulos, a veces luchando contra el furor y la persecución de civiles y religiosos. Su mirada traducida en teatro, música, pintura, o en cualquier otra expresión del arte, ha sido también la mirada de Dios, en cuyos ojos la humanidad puede contemplar la verdad de su condición. teatro la fragua tiene claro cuál es su misión, y confía en que un día su trabajo dará a luz una humanidad más digna y mejorada, una humanidad más compasiva, tolerante y solidaria, merecedora por fin de llamarse humana.

Cristo cuenta entre los poetas. Su concepción de la humanidad provenía directamente de la imaginación, y sólo a través de ésta puede ser comprendida.... Es para mí algo increíble eso de que un joven campesino galileo se imagine que pueda llevar sobre sus hombros todo el peso del mundo...: los sufrimientos de todos aquellos, cuyo múmero es legión, que yacen entre ruinas; de los pueblos oprimidos, de los niños de las fábricas, de los ladrones, de los presidiarios, de los desheredados y de aquellos que se hallan sojuzgados y cuyo silencio sólo Dios puede oír. Y no sólo lo imagina, sino que lo realiza; así es que aún hoy en día todos los que entran en contacto con Él, aunque no se prosternen ante sus altares, ni se arrodillen ante sus sacerdotes, tienen en cierto modo la impresión de que se les borra la fealdad de sus pecados y se les revela la belleza de sus sufrimientos.
-Oscar Wilde: De Profundis


-Carlos M. Castro







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