noticias tlf Vol. xxiii, #2 Junio, 2002



Descubriendo Fuego




[El eje del proyecto ¡El evangelio en vivo! son los talleres de teatro. Miles de jóvenes han participado en los talleres impartidos por teatro la fragua y siguen dramatizando los Evangelios en sus comunidades en Honduras, El Salvador, y Guatemala. Una comunidad que recientemente entró a formar parte de este proyecto fue el pueblo de La Reina en Chalatenango (El Salvador). Actualmente, 56 jóvenes de La Reina -entre muchachos y muchachas- realizan presentaciones de teatro en su comunidad, y han organizado pequeñas giras en las comunidades vecinas. Fruto de aquellas experiencias son los testimonios a continuación. En ellos, de forma muy sencilla y a veces rudimentaria, aparece la fuerza transformadora del teatro como instrumento para el cambio y crecimiento humanos, su capacidad festiva para dar cuerpo y voz a las alegrías y esperanzas de las comunidades.]

Nito: Todo comenzó el día, no me acuerdo, de mil novecientos... Cuando un compañero empezó a traer nuevas personas a la parroquia. Uno de esos que apareció fue Eberto, un joven hondureño de El Progreso que estudia comunicaciones en la universidad de los jesuitas en El Salvador. La primera locura que se le ocurrió es buena y está dando resultado: me refiero al grupo de teatro en el cual estoy involucrado.

Eberto: Queridos amigos de la fragua: Después de que se fueron quedó en mí la nostalgia por ese pueblo: El Progreso. Cada vez que comparto con gente de allá, recuerdo todo lo que he vivido en esas tierras tan calientes. Gracias a ustedes por hacer bien lo que saben hacer: TEATRO.


José Mauricio: Yo no sabía que era eso, no sabía que era una obra teatral. Pasaron dos reuniones y quería ir al grupo pero no tenía el valor necesario. Sin embargo, la suerte estaba de mi lado, me encontré con un compañero que me invitó y me animó. En esa primera reunión estaba muy nervioso, pero me empezó a gustar. Entonces me dije: "he sido un tonto, de lo que me estaba perdiendo"

Marina: Yo llegué por curiosidad -"¡para ver qué ondas!"-, ya que yo creí que no iba a funcionar. Llegué simplemente a molestar -como siempre- aunque cuando se dijo que pasaramos a leer unos trabalenguas durante un ejercicio de dicción, yo pasé y no pude leerlos, por la pena que sentía de estar hablando en público. Pero alguien dijo que mi voz era lo suficientemente fuerte, y eso me motivó para seguir.

Nito: Al principio todo era fácil: ejercicios físicos, de respiración, trabalenguas. Lo difícil empezó cuando tuvimos que preparar dos obras casi al mismo tiempo: una para el festival de la familia y otra para navidad.

José Mauricio: La prueba de fuego vino cuando me asignaron un papel principal en una obra sobre las relaciones familiares. Al principio no lo podía hacer pero después de mucho ensayar lo logré, ahora siento que conforme vamos ensayando y haciendo presentaciones voy mejorando y creciendo actoralmente.

Nito: Un día, Eberto trajo a los de la fragua, de Honduras, para ayudarnos a montar Navidad Nuestra.

Maritza: Yo me ponía muy nerviosa, pero gracias a las orientaciones de Edy Barahona, director artístico de la fragua, logré superarme y darme cuenta que soy capaz de hacer lo que me propongo.

Nito: Los del teatro la fragua nos pusieron a cantar, y nosotros en vez de cantar llorábamos. Luego no podíamos ni leer, hasta que por fin nos pusieron a actuar. Edy se fue más calvo, pero como dicen que tanto va el cántaro al agua que al fin se rompe, algo mediocre pero la obra empezaba a tener forma.

Eberto: No sé que palabras utilizar para agradecerles por su venida y plasmar en cada rostro de los niños (as) y jóvenes una sonrisa y la seguridad para que vayan creyendo en ellos mismos. Yo, al igual que ellos, estaba feliz de que estuvieran aquí, y hubiera pedido lo mismo: que no se fueran. Por eso estoy pidiendo que vuelvan pronto, para que ellos no pierdan la ilusión y el dulce sabor de boca que nos dejaron.


Rosa María: A medida fue pasando el tiempo me dí cuenta que tenía que esforzarme mucho para poder ser una buena actriz. No es nada fácil estar en un grupo de teatro, más cuando no se sabe nada al respecto. A veces cuesta estar en los ensayos por la concentración y disciplina que requieren, pero con estos meses de experiencia siento que cada vez voy mejorando. Me gustan mucho los ejercicios físicos que nos mantienen activos, los de respiración que nos relajan, y los teatrales que nos ayudan para nuestra expresión corporal.

Nito: Llegó el momento de presentarnos ante un público, durante la misa del domingo. Personalmente me sentí nervioso y con algo de miedo, pero seguro de lo que tenía que hacer y eso me ayudó mucho a controlarme. Terminó la obra y, después de todo, salió bien.

Eberto: Después de que se fueron quedó la esperanza de que se puede trabajar por un mundo mejor, que se pueden lograr grandes cosas siempre y cuando nos esmeremos por hacerlas bien.

Carina: Aprendímos mucho del taller con la fragua y eso nos dio la oportunidad de hacer varias presentaciones fuera de la parroquia.

Lupe: Una vez en una presentación se me olvidó el texto... Entonces recordé que para tranquilizarse hay que respirar; lo hice y recomencé mi actuación. Fue una experiencia que me ha ayudado para ser mejor cada día.

Nito: Me siento bien en el grupo. La experiencia del teatro me ha ayudado mucho. Tengo muchas experiencias, pero ninguna como la del grupo de teatro. Disfruto mucho los ensayos; sobre todo, cuando hay que repetir escenas, así descubro mi capacidad de mejorar cada vez más. He descubierto que siempre tendré miedo, aunque tenga presentaciones todo los días, pero también he aprendido a controlarlo para que al final todo salga bien.

Toño: Una de las cosas que más he disfrutado han sido las salidas a otros lugares fuera de nuestra parroquia. Me he divertido mucho. En este tiempo he aprendido bastante: actuar frente a un público, mejorar la convivencia con la personas e ir venciendo la timidez, un cuerpo más dócil, gracias a las sesiones de ejercicios físicos, y una mayor seguridad personal.

Luis Alfonso: Gracias al esfuerzo de todos hemos obtenido grandes logros, como por ejemplo, montar dos obras de teatro en dos meses de existencia. Además hemos aprendido a compartir nuestras ideas y trabajar juntos.

Marina: Por eso ahora digo que, cueste lo que cueste, yo no me salgo del grupo de teatro.

Eberto: Espero verlos pronto y deseo que siempre perseveren en lo que quieren... allí está la satisfacción de vivir. Abrazos enormes para todos.

José Mauricio: Ya no tengo vergüenza de pasar a leer una lectura en la misa, ni de hablar en público: creo que este cavernícola ha descubierto el fuego.







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