MEDEA:
Están llegando a Belén
Muchas gentes, de manera
Que está alegre la ciudad.
ELISA:
¿Con qué objeto se reunen?
MEDEA:
Por un mandato del César,
Que a empadronarse ha llamado
Pueblos, ciudades y aldeas.
BATILO:
¿Ya anda el padrón? Esperemos
Que luego, luego, a la vuelta,
"Venga dinero" -- nos digan --
"Porque está pobre la hacienda."
ARNALDO:
Esto será el resultado;
Ya no cuento con ovejas:
A los pobres campesinos
Las cargas echan a cuestas.
MEDEA:
A un mismo tiempo conmigo
Llegaba una joven bella,
Al punto de dar a luz;
La acompañaba un anciano.
En la primera posada
Tocan, llaman a la puerta,
Y un hombre de ronca voz,
Advirtiendo que eran pobres,
Les dice con aspereza:
"A otra parte los mendigos,
Que aqui solo el oro reina:
Para gente de esa traza
En este mesón no hay pieza.
De un empujón los arroja
De los umbrales afuera.
BATILO:
Mira si lo que te dije,
Arnaldo, no es cosa cierta:
A los plebeyos y pobres
Se nos trata como a bestias.
--Padre Jose Trinidad Reyes
(Honduras, 1797-1855):
La Pastorela de Elisa
Ellos convertirán sus espadas en arados
y sus lanzas en hoces. Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro
ni a
recibir
instrucción para la guerra.
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