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Vol. xxxvi #1

Abril 2015



La Escuela del Corazón

--Patrick Rogers sj






No puedo recordar dónde estaba la primera vez que oí hablar de teatro la fragua, pero sí recuerdo que la idea de una tropa de teatro dirigida por un jesuita y funcionando en Honduras me llamó la atención. Recuerdo que me dije a mí mismo: "¿Cómo habrá sucedido eso? ¡Tiene que haber algo realmente interesante en esa historia!" Afortunadamente para mí hay algo realmente interesante en esa historia, una historia que continúa ya que teatro la fragua se encuentra en su temporada número 36. Durante la mayor parte de mi vida de jesuita yo no tuve mucho tiempo para pensar en el trabajo del teatro dado que mis estudios y trabajo como miembro de la Provincia de Maryland de la Compañía de Jesús me llevaron a lugares lejos de Honduras. El junio pasado terminé 9 años de trabajo en la Oficina de Pastoral Universitaria de la Universidad de Georgetown, a fin de completar la última etapa de la formación jesuita: tercera probación. Durante este programa de casi un año, nosotros los tercerones de todas partes del mundo hemos participado en diferentes actividades espirituales y académicas, incluyendo el retiro de 30 días en silencio que San Ignacio llamó los Ejercicios Espirituales y un estudio profundo de la historia de los jesuitas y de las Constituciones.

También se nos pide a nosotros los tercerones pasar tres meses haciendo trabajo pastoral serio. Este trabajo es lo que Ignacio llama "la escuela del corazón", con la intención de desafiar a cada jesuita a profundizar su respuesta al mensaje del Evangelio al caminar en la fe con la gente a quien sido enviado para servir. Se debe aprender de ellos y levantarlos con sus oraciones en celebración de nuestra humanidad común.

Desde el principio esperaba llegar a Honduras para este trabajo pastoral para ver de primera mano por qué la gente de todo el mundo habla sobre teatro la fragua como un lugar donde suceden muchas cosas especiales.

Mi trabajo en el teatro giraba en torno a la enseñanza de la música: tanto los principios básicos de la notación musical como la dirección musical para el espectáculo que se estaba preparando, "El Asesinato de Jesús."

La dedicación de los actores del teatro a su oficio era evidente desde el principio. Lo primero que hice todas las mañanas fue de "darles un desayuno musical", que quería decir una lección sobre cómo leer y comprender los principios básicos de la notación musical. Este proceso podría complicarse porque mi español es pobre para explicar las sutilezas de la notación musical. íGracias a Dios que son inteligentes y con talento o pudo haber sido un desastre desde el principio! A veces trataba de decir algo y veía miradas en blanco; luego uno de ellos inevitablemente decía "¿Quiere decir...?" "Sí", le respondía, "eso es exactamente lo que quiero decir. ¡Gracias por ayudarme!"

Lo más impresionante para mí fue lo rápido que aprendieron no sólo los conceptos básicos de la notación musical, sino también la manera de contar y ejecutar complicados patrones rítmicos. Uno de nuestros ejercicios nos tenía a un ritmo constante tocando la signatura de tiempo con la mano izquierda sobre la rodilla izquierda durante la ejecución de un complicado ritmo sincopado con la mano derecha sobre la rodilla derecha. Incluso para los músicos experimentados esto puede ser un reto, pero los actores del teatro realmente tomaron la oportunidad de aprender y, al hacerlo, me mantuvo muy ocupado escribiendo ejercicios nuevos e innovadores para su diario "desayuno".

La parte más importante de nuestras mañanas era cuando en realidad estábamos cantando; aprendiendo el arte de escuchar y mezclar nuestras voces. La diferencia entre los grupos que son "buenos" y los grupos que son "extraordinarios" casi siempre se remonta a la combinación de sus voces. Muchos de los actores tienen voces buenas pero carecían de la experiencia del canto coral - donde la mezcla de la voz con la de otro se convierte en la prioridad para que el grupo pueda tener un solo sonido mientras se cantan muchas notas diferentes. Cada mañana hacíamos ejercicios de solfeo para trabajar diapasón y mezcla. Muchos no habían tenido la experiencia de cantar de una manera tan íntima, pero aprendimos a través de mucha práctica decidida y nuestro sonido se volvió mejor y más estable con cada semana que pasaba. La música de "El Asesinato" era engañosamente difícil porque requería una estrecha armonía de tres voces que, cuando se hace bien, ¡sonaba fantástico! Que cuando sólo era un poco fuera de tono... no era tan bueno.

En muchos sentidos, el cantar es cómo actuar. Uno está constantemente escuchando a los demás y reaccionando a sus palabras o acciones. La escucha activa y atenta es uno de los aspectos más importantes del canto, como es el caso de la actuación. Nadie actúa en el vacío. Todos los artistas (y los técnicos profesionales) se unen para crear algo que está destinado a provocar una reacción en la audiencia, para darles una experiencia de lo que significa ser humano en este momento en particular y en esta circunstancia particular.

El talento y la habilidad de esta compañía es real y poderoso. El verlos realizar esta increíble obra fue una bendición en muchos niveles. Primero y ante todo tocó mi corazón porque transmite con tanta pasión la increíble historia de la muerte y resurrección de Jesús. Una manera perfecta de orar a través de la Cuaresma. Aún después de muchas veces de ver la producción todavía estaría conmovido por el drama de esta antigua historia escenificada por estos actores talentosos. Su éxito no es accidental ni tiene nada que ver con la suerte. Están bien entrenados y llevan su arte en serio. Yo estaba continuamente impresionado con nuestro director Edy Barahona que no dejó nada al azar en esta producción; desafió a cada actor para interpretar su personaje hasta el más mínimo detalle. Una vez más la actuación, como la música, está en los detalles y su aguda visión para este trabajo inspiró claramente a sus actores y me inspiró también. Mi "escuela del corazón" aquí en el teatro ha sido un regalo del más alto calibre y uno que siempre recordaré con mucho cariño y afecto.

Me gustaría agradecer especialmente a mi hermano en Cristo Jack Warner por darme la oportunidad de ser parte de algo que es verdaderamente increíble para la ciudad de El Progreso, para el país de Honduras y la Compañía de Jesús. Mi idea inicial sobre teatro la fragua de hace tantos años de hecho se ha comprobado, de que hay algo realmente interesante de esta historia - ¡y algo verdaderamente bendecido! ¡Gracias a nuestro director Edy, el reparto y el equipo de "El Asesinato de Jesús", y todo el equipo de producción de teatro la fragua. ¡Me han ayudado a crear recuerdos que durarán toda la vida!




Un músico por profesión, el P. Rogers sj estudió clarinete en la Universidad de Towson y también tocó el saxofón para Hank Levy, uno de los escritores más innovadores del jazz de finales del siglo 20, cuya obra figura en la película Whiplash. Antes de entrar en la Compañía de Jesús cantó durante cinco años como tenor en el coro de Ópera de Baltimore y fue el Director Asistente de la Orquesta de la Universidad de Towson. Él no toca el clarinete mucho hoy, pero si toca y enseña guitarra cuando el tiempo lo permite.







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