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Vol. xxxix # 3

Diciembre, 2018


Temporada




Se ha cerrado una nueva temporada en nuestra meca cultural hondureña teatro la fragua. Y como era de esperar fue al unísono de tierra, aire, fuego, agua… público presente nosotros somos teatro la fragua. Lo hicieron levantando el brazo y saludando. Con la marca eterna de un proyecto concebido para siempre y la sonrisa contagiosa - de una temporada de éxito – exponiéndose en el rostro.

Desde el otro lado los rostros del público, el eterno público, que como en un puente transgeneracional se une a las tablas, se mezcla con los actores y se va entre líneas - con los libretos - hasta dejarse arrullar y volverse uno de principio a fin. teatro la fragua son los mil aplausos que a lo largo de miles de horas de cultura renombran esta ciudad, reconstruyen esta Honduras y dignifica a sus habitantes.

Pero esta casa que se abre a la cultura no lo ha tenido fácil. No es sencillo hacer arte en tiempos de inculturabilidad. No es relajado hacer arte comprometido con el pueblo en un país donde el pueblo esta reducido a su mínima expresión. Hacer arte por la convivencia ciudadana en un país donde la seguridad es negocio y la paz un discurso para comercializar instrumentos para la guerra.

Desde sus inicios y a paso lento, firme, convencido y autónomo teatro la fragua fue posicionando esta ciudad en el mundo. La presenta más allá de los bananos de la transnacional y su legado de soledad, abandono y colapso ecológico. De los trenes muertos y sin memoria amontonados para ser bonitos pero insignificantes, de los golpes de Estado y sus resistencias, de las huelgas eternas y las conquistas utópicas. El teatro la fragua ha logrado a lo largo de todos estos años fraguar una cultura y un nombre - entre todos los nombres - para la ciudad de El Progreso.

Este emblemático escenario es uno de los espacios más codiciados por los artistas para presentar sus proyectos. Lo es y la mejor prueba de ello, es la oferta siempre diversa que hay en cada temporada. Y ésta no fue la excepción. Musicales, danza, conciertos, shows de ilusionismos y por su puesto teatro fueron los sabores en el menú cultural de este año.

En esa diversidad posible se canalizaron voces por la vida. Reclamaciones necesarias de respeto mutuo, apuestas no negociables de principios de dignidad y ajustes a la igualdad y la libertad. Las obras, como sus actores y actrices en esta temporada no son una casualidad, tienen algo que decir, algo que exigir y una esperanza que promover.

Y vinieron de varios países de la región centroamericana y México por que el arte no tiene fronteras y teatro la fragua es como un pulpo, de muchos tentáculos, que puede tocar al mundo y traer el mundo a celebrar la cultura y esperanzar la vida en sus tablas. Los y las que tuvimos la posibilidad de estar como público, disfrutar de ese talento y después abrazarnos sabemos que ahí cada encuentro es más que una foto, cada abrazo es más que acercamiento con un apretón de músculos. Es la vida en si misma expresada en la cultura por si misma. Por eso la temporada es siempre especial y por eso cada vez son más los que de ella quieren ser parte.

Cualquier parecido con la realidad no es necesariamente mera coincidencia y eso lo sabemos todos y todas cuando vamos al teatro y disfrutamos de sus obras. Los y las actores no asumen un guión solo por que sí, ni desarrollan un papel como una mera actuación. Son actores y actrices jóvenes y comprometidos con su proyecto de vida y con la vida de la patria.

Golpe en la Granja es justamente esa expresión antes descrita de teatro la fragua y su compañía. Es la adaptación de la novela Rebelión en la Granja de George Orwell en la que el autor pone en evidencia la corrupción del socialismo – en su forma de ver – por parte de Josif Stalin. Y con la adaptación titulada Golpe en la Granja - un proyecto perfectamente ajustado a la realidad por el equipo artístico de el teatro la fragua nos devuelven a la realidad del golpe de estado en Honduras del 2009, a la consolidación de un proyecto dictatorial y desde luego como el clímax más alto de la corrupción nacional.

El sello histórico del teatro la fragua se pone en evidencia de nuevo con esta obra y su compromiso con Honduras, la Honduras de todos y todas, vuelve a relucir. Son valientes y coherentes. Prefieren no tener dinero que aceptar fondos de instituciones corruptas, coludidas con el crimen organizado o que saqueen las arcas del Estado. Prefieren esperar que usted y yo, desde nuestras propias limitantes, le pongamos unos pesos extras al sobre que nos dan en la entrada, que ponerle precio a su talento, a su proyecto a la compañía.

Si de algo estoy absolutamente seguro, en este momento de mi vida y con todas las alegrías prodigadas por esta compañía, es que hoy más que nunca todos y todas estamos llamados a ser y sentirnos parte del teatro la fragua. Sobre todo ahora cuando el teatro esta en el ojo del Huracán y las campañas mediáticas - orquestadas por las fuerzas represoras - se le vendrán encima por asumirse de lado de los pobres y cuestionar – desde esa obra – este modelo de sociedad en que nos tienen sumidos.

Ver a Jack allá en el fondo, casi imperceptible, a Edy cerrando la temporada y pidiéndonos que no le abandonemos en la próxima cruzada, que nos hagamos uno solo. A Chito Inestroza actuando con las mismas ganas y mejores reflejos, rodeado de media docena de chicos y chicas que le siguen y se construyen un perfil inspirado en esta leyenda de la actuación no tiene precio. Por eso y muchas cosas más creo que hoy más que nunca debemos ser y sentirnos teatro la fragua.

A ustedes mis amigos y amigas, donde sea que estén, con quien sea que se encuentren. A ustedes progreseños y progreseñas sin distinción alguna y sin geografía en particular. A los y las que hemos tenido la suerte de pisar como público o como artistas las tablas del teatro, a ustedes todos y todas les pido, les invito, los convoco a que nos hagamos y sintamos teatro la fragua y colaboremos con esta compañía - desde nuestras propias posibilidades – para que siga definiendo nuestro nombre como un destino cultural y proyectando nuestra identidad cultural por los confines del mundo.

Y considerando que ahora, después de esta lectura estoy seguro, ya nos asumimos parte les invito a que levanten su brazo, sonrían libres y gritémonos al unísono “Tierra, Aire, Fuego y Agua” compañía artística nos honra decirles que este público también somos teatro la fragua… Hasta la próxima.

 

 

--Chaco de la Pitoreta.








 

 

 

 

 

 



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