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Vol. xxxix # 2

Septiembre, 2018


Golpe en la Granja




 

 El estado anímico en Honduras se encuentra tímido medio año después de la re-elección ilegítima del Presidente Juan Orlando Hernández, JOH. La vida sigue igual, exactamente como fue durante mi última visita estival hace un año. Aparte de una protesta de media semana contra aumentos sin precedentes del precio de la gasolina, la resistencia parece haberse extinguido. JOH sigue en el poder mientras que tranquilamente edifica el Ejército y juega feliz con sus socios comerciales.

Ante esta situación apagada, teatro la fragua ha decidido montar una adaptación de Rebelión en la granja (1945) de George Orwell, solo que ha cambiado el nombre a Golpe en la granja. Es claro que la interpretación de la fragua es un retrato y una denuncia del gobierno de JOH y su partido en vez de la polémica original de Orwell contra el gobierno de la Unión Soviética.

De hecho, aunque la obra principalmente se opone a JOH, comienza su crítica de la política hondureña con una analogía figurativa del injusto golpe militar que derrotó al Presidente Manuel Zelaya en 2009. El personaje Mr. Pilkington, un terrateniente gringo cercano que interviene con frecuencia en la gobernación de la granja, trama con los tres chanchos Napoleón (JOH), Bola de Nieve y Arielo para derribar a Rosales, el análogo de Zelaya. Las referencias al caso de Zelaya son directas. Los chanchos y el extranjero se oponen a su deseada “cuarta urna” de votación para una “consulta general” sobre la posibilidad de introducir reformas justas en la constitución hondureña. Usan esta consulta como un pretexto para retirarle del poder. Consuman el golpe—al cual ponen el nombre “sucesión constitucional,” no “golpe”—e instalan un gobierno supuestamente revolucionario.

El gobierno nuevo, al principio, parece ser justo. Los chanchos escriben una nueva constitución, irónicamente, a favor de los derechos equitativos de todos los animales de la granja. Sin embargo, comienzan a quitarles estos derechos uno por uno, cambiando las cláusulas a voluntad para promover sus intereses particulares. Un ejemplo de dicho abuso tiene que ver con el artículo “ningún animal matará a otro animal,” una alusión a los Diez Mandamientos. Cuando Napoleón comienza a carnear a su oposición, introduce cambios secretos a la constitución para que se lea “ningún animal matará a otro animal sin motivo.” Los hondureños se acuerdan de las represiones violentas y letales de las manifestaciones en contra del fraude de JOH en las elecciones de 2017. Durante una conversación con el elenco y el director después de un show, un espectador comentó que Golpe en la granja es una representación fiel del gobierno corrupto e ilegítimo de JOH en este aspecto y en otros.

Otra fuente de conflicto en la obra es la decisión de Napoleón de concesionar los bosques, minas y ríos de la granja a otras granjas. Estos arreglos reflejan una larga tradición en Honduras de gobiernos que quitan los recursos naturales de la gente nativa para producir ingresos para los extranjeros y para los mismos oficiales del gobierno. Me acuerdo de la mina de San Andrés cerca de Santa Rosa de Copán, Honduras. La empresa Aura Minerales con afiliaciones canadienses le ha prometido empleos, dinero y seguridad a la comunidad al lado de la mina. No obstante, al final, la empresa solo contrató a una cantidad pequeña de locales, y estos pocos terminaron con envenenamiento tóxico de plomo y mercurio debido a prácticas mineras arriesgadas. Además, la empresa exhumó cadáveres del cementerio de la comunidad para explotar la tierra debajo de él. Las concesiones ofrecen la esperanza de avances modernizantes, pero en realidad solo promueven los intereses de los poderosos.

Hay tantas otras semejanzas entre la obra y la situación política contemporánea de Honduras que sería imposible enumerarlas todas aquí. Basta decir que la fragua es valiente al presentar Golpe en la granja bajo las circunstancias actuales. La obra es un grito de esperanza y liberación en un ambiente deprimido y manso.

Antes del estreno oficial de la obra al comienzo de la temporada estival, la fragua dramatizó Golpe en la granja enfrente de un grupo de estudiantes adultos que participaban en un programa de formación política con los jesuitas. Era una conversación extraordinariamente vibrante. Tan pronto como Edy Barahona, el director principal de la obra, invitara comentarios, mano tras mano se levantó en el aire. Después de diez intercambios, la gente todavía quería compartir unas palabras más. Edy tuvo que cortar la discusión porque, si no lo hubiera hecho, parecía que habríamos estado allí hasta la medianoche.

La reacción pre-temporada era un testimonio poderoso de la resonancia del show con el pueblo hondureño. Los miembros de la audiencia se alentaron para leer la Constitución de la primera mano para saber lo que constituye una violación y lo que no. En un país en el cual los políticos constantemente se acusan unos a otros de violaciones constitucionales, es esencial que el pueblo sea capaz de calificar las alegaciones contradictorias por sí mismo. La democracia solo funciona cuando el pueblo esté informado y participe de verdad en la vida política. la fragua inspiró precisamente eso.

Cuando se estrenó de verdad ante el público general, la tropa vendió todos los boletos y presentó ante un teatro llenísimo durante el primer fin de semana de Golpe. Los aplausos finales en ambas noches fueron largos y estrepitosas. Golpe ha resonado con los progreseños tanto que han pedido más presentaciones al final de la temporada de expresión artística. El pueblo quiere más. Jack, Edy y los actores están de acuerdo. Dos presentaciones más se han añadido al calendario.

Gracias por tu apoyo constante a la fragua. Tu solidaridad permite que la compañía siga produciendo dramas como Golpe en la granja que despiertan consciencias, enseñan historia e inspiran felicidad.

David Inczauskis, S.J., es un escolar jesuita de la Universidad de Loyola en Chicago, donde estudia la literatura hispana y la filosofía social. En Chicago también es maestro de clases universitarias de español, capellán a varios grupos estudiantiles, y director espiritual en la tradición ignaciana. Actualmente, David colabora con el teatro en un libro sobre su historia, su práctica, y su estilo que se publicará en 2019 en la Universidad Centroamericana en El Salvador.

 








 

 

 

 

 

 



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